De las crónicas niponas

Querida mamá,

Un ciclo lunar se cumple desde nuestra llegada a estas maravillosas tierras que con tan buen gusto nos han acogido, y el tiempo pasó para Nos tan rápido y fugaz en el Palacio de Yoyogi-Uehara que apenas si nos queda la impresión de haberlo vivido. Todo ello por agradecer a nuestro siempre risueño Sr. Tomoya I y a la hija de Vos, Sra. Única, por tantas atenciones que tienen para con Nos y por las que tienen para con aquellos a los que tanto amamos. Siempre guardaremos en nuestro recuerdo estos pinchos de tortilla de patatas; los días practicando el “pies quietos”, “balón bolea” y el “sambori”; las risas incontenibles a cada sacudida que daba la tierra bajo nuestros pies y las competiciones en ingenio componiendo divertidos haikus, generalmente inspirados en el cetrino y su astro recién adquirido.

Durante este tiempo nos presentaron, entre otros, al muy simpático Sr. Akihito, que dice ser familia de ciertos dioses por acá muy conocidos; y nos pareció persona afable aunque algo falto de carácter para el título que ostenta. Nos agasajó mucho y bien en su palacio de Kokyo, y parecía tener algún tipo de complicidad con nuestro anfitrión, el cónyuge de su hija, Sr. Tomoya I; algún negocio se traerán entre manos al cual procuramos no prestar atención alguna en base a nuestra condición de huésped.

Realmente sorprende a Nos que un lugar carente de sagrados robles como éste pueda albergar una profundidad espiritual tan intensa, en donde se adoran por igual las aguas dulces y las saladas, o las arboledas y los montes pelados; en donde cada elemento de los que el mundo se compone goza de la protección de algún espíritu o pequeño diosecillo. Y aunque nos encantaríamos en su estudio y clasificación, somos conscientes que se precisaría de más de una vida para completar tan ardua labor, por lo cual centramos nuestro esfuerzo a petición de nuestro cuñado en indagar sobre las vinculaciones de esta religión para con la Diosa sin que a día de hoy hayamos obtenido resultado concluyente alguno: tan amplia y enrevesada es esta filosofía.

¡Aun nos queda tanto por ver y conocer! Permaneceremos unos cuantos días más en este edén llamado Cipango, uniendo nuestro descanso que tanto nos merecíamos al de nuestros anfitriones. El Sr. Rimbombante retrató todo el grupo en la exuberante obra que le adjunto, en la cual el Oscuro Retoño se negó a aparecer; muéstresela a padre para tranquilizarlo y vea nos encontramos todos muy bien de salud y usted deje de preocuparse y cuídese mucho.

Su hijo que la ama y la recuerda con añoranza desde la lejanía,
GaNDuL SaGaZ, Señor del Sie7e

Un bosque

En vano persigo a la Diosa que se oculta victoriosa cuando la noche establece su imperio; negra, fría, funesta y hecha toda de un temblor. Un hedor sepulcral flota en medio de sombras, y mis pies temerosos pisan junto al pantano caracoles y sapos imprevistos y fríos.

Epístola Primera

Queridos hermanos,

A veces nos da por pensar que sería de este mundo sin nuestra presencia, y he aquí que lo hemos visto y vivido. Tras nuestro inoportuno desmayo y posterior fallecimiento en la presentación del general Kierounatra Conde-Plahia los acontecimientos se sucedieron rápidos y ciegos acabando con nuestra hermana exiliada en lejanas tierras junto al flautista jugador de Mah-jong mientras un majadero, sin saber como, llega a ser Presidente de la mano de nuestro general y comienza a ordenar sus tierras según dicta su enferma cabeza. El mundo cae irremisiblemente en una espiral de locura pues, aunque se dicen adoradores de la Gran Medusa, el materialismo y hedonismo sin freno son sus verdaderos dioses.

Populus me sibilat at mihi plaudo Ipse domi simul ac nummos contemplar in arca. (1)

¡Oh, pobres ignorantes! No hagáis de vuestro cuerpo la tumba de vuestra alma. Venid a Nos y adorad a la Diosa pues os proporcionará todo cuanto necesitéis hasta el feliz día del advenimiento. ¡Ay de aquel que cierre sus oídos ante esta advertencia, pues conocerá los horrores y los sufrirá en sus propias carnes!

Quidquid latine dictum sit, altum viditur. (2)

Siempre suyo afectísimo,
GaNDuL SaGaZ, Señor del Sie7e

(1) La gente me silba, pero yo me aplaudo a mi mismo en mi casa cuando contemplo el dinero en mi arca.
(2) Cualquier cosa dicha en latín, suena profunda.

Sombras

Fría humedad nocturna y silencio. Un cuerpo yace cubierto de helechos en lo más profundo del robledal. Por nadie espera el tiempo en su largo viaje, y nuevos cuerpos vivos surgen del corrupto, abandonado por la Diosa. Brilla un pensamiento.

"Gran Cabra Negra, apiádate de aquel que por error te olvidó y perdónale por siete veces. Gorgo y Mormo serán de nuevo adorados y una nueva edad gloriosa reinará en tus tenebrosos bosques poblados de Oscuros Retoños."

Nace la luna e ilumina al corrupto. Mueren los nuevos vivos resucitando al finado. Temed al Amo del Señorío; pues ha regresado.

La noticia corrió de boca en boca: "El Elegido ha regresado de entre los muertos. ¡Resucitó! ¡Resucitó por la mano de la Diosa!" El combulso Señorío, aquejado del caos propio al desgobierno, se despereza tras la noticia y parece dispuesto a cortar la mala yerba que crece descuidada en el Cráneo de Ymir y el Altar del Holocausto bajo la atenta mirada de siete esqueletos colgados del Viejo Roble.

La megalomanía propia del Presidente no-electo de la República podría resultar fatal para el Señorío si no se actúa de forma rápida y precisa. Se requiere gran cantidad de ganado y que el ujier limpie y prepare con presteza la daga de sacrificios.

¿Conoce alguien el paradero del Sr. Rimbombante?

DEL LIBRO DEL ADVENIMIENTO

Teólogos, brujos, sabios. Todos coinciden al afirmar que la Diosa aguarda oculta en algún lugar, observando el mundo sin interferir en sus cosas. Donde sí difieren los estudiosos es al definir en que lugar espera por su momento: unos dicen se oculta en oscuro bosque, otros en las profundidades de algún gran lago, los pocos afirman que habita sobre las nubes que amenazan tormenta e incluso los hay que aseguran marchó a una lejana estrella, aunque nunca mencionan nombre alguno.

El Libro del Advenimiento hace pública la profecía desde tiempo inmemorial: que llegará el día en que la Diosa toque con su dedo el hombro de un Elegido, y ese hombre dominará los Siete Condados que así son llamados: Prabado, Spota, Sea, Glute, Sprecia, Lega y Udor, tras lo cual y tomando el título de Señor del Siete, los gobernará con vara y pluma hasta la anunciada llegada de la Diosa, que lo será en el Señorío por su millar de hijos y por la coronación del que fue tocado y que gobierna con vara y pluma. Y será cuando todo esto haya ocurrido y la Negra Cabra camine entre nosotros que partirá al frente de su ejército para aplastar todo pueblo y nación, e implantará en el mundo la paz con la guerra, extinguirá el crimen con la violencia, impartirá la justicia basándola en la religión.

Desde los tiempos más remotos de que nos habla la historia y debido a la profecía del libro, los siete Condes y sus vecinos pugnaron por dominar las siete tierras sin resultado y, con el paso del tiempo, todo Conde que ascendía al poder asesinando o traicionando a su antecesor aseguraba haber sido tocado por la Diosa de una u otra forma nombrándose a sí mismo Elegido. Tiempos crueles de guerras interminables, de alianzas y traiciones, de creencias y mentiras; donde el fin de todo ser era el matar por no morir ayudando a su Señor en la unificación de los Condados.

No es raro que en ese mundo de destrucción, pues a lo largo de la historia se dieron casos similares, llegara de lejanas tierras un erudito iluminado al frente de un ejército de mercenarios a los que llamaban Oscuros Retoños y conquistó por la fuerza el Condado de Prabado, arrasando su capital hasta degollar y colgar por sus pies al antiguo Conde de una de las ramas del Viejo Roble. Y muy cerca de allí erigió una nueva capital sobre las ruinas de la anterior y así fue que la llamó Cráneo. Y sus habitantes todos, súcubos e íncubos, vieron en él al Elegido que fue tocado por la Negra Cabra y lo siguieron.

Temerosos, el resto de Condes formaron alianza y se enfrentaron al Elegido recién llegado en batalla frente al Viejo Roble que todo lo observa desde el nacimiento del Primer Hombre. Y con la victoria sobre éste le obligaron a recluirse en su capital con los restos de su ejército. Fue la victoria tan rápida y sencilla, que ya comenzaron a discutir entre ellos sobre quién gobernaría el Condado de Prabado una vez la capital capitulara; y la discusión llamó al insulto y el insulto le vociferó al odio y el odio gritó salvajemente en el oído de la guerra que invadió los corazones de todos los allí presentes. La historia no recuerda mayor batalla, ni más caótica, ni más sangrienta. Centenares de miles de vidas cercenadas aquel día a los pies de un Roble expectante y de un Cráneo sonriente; tantos fueron los caídos que, acabada la orgía de sangre, los Condes antes victoriosos y ahora desarmados y solitarios, intentaron huir del lugar presas del pánico. Más en su huida precipitada fueron víctimas de las tropas del de Prabado y sus esbirros que salieron a su encuentro, los degollaron y colgaron por los pies del Viejo Roble para que la historia nunca olvide tal momento: la esperada y anunciada unión de las siete tierras, bajo la vara y la pluma, gobernadas por GaNDuL SaGaZ, Señor del Siete. El advenimiento de la Diosa estaba próximo.

Ia! Shub-Niggurath!

MALVARROSA – 27/07/07 – 15:01 ZULU



Cuarenta y nueve estandartes avanzaban en dirección a la Malvarrosa seguidos de todo un ejército. Al frente de ellos cabalgaba Mary Conde-Plahia que henchía orgullosa su pecho mientras recordaba a su Señor del Sie7e, yaciendo inconsciente en el mullido lecho por causa o enfermedad aun desconocida. No había de que preocuparse, estaría bien cuidado en las manos de incontables súcubo-enfermeras. Al mirar el estandarte que avanzaba a su diestra su mente se centró en la empresa que debía llevar a cabo y un escalorfrío recorrió su cuerpo. Bajo una cabra degollada dibujada con fino hilo de oro la inscripción rezaba: Dulce et decorum est pro patria mori. (1)

“¡Hedor! ¡Hedor!” - Gritos de terror desde la avanzadilla. Ante la advertencia, todos echaron mano de sus pinzas reglamentarias y pinzaronse las narices. Lo que se abría ante sus ojos y narices haría temblar al más valiente: todo el mar rodeado de chiringuitos emanando gases letales de nauseabundas frituras. Algunas patinadoras de la República que debían haber desarrollado la inmunidad a tales hedores, se encontraban custodiando los distintos accesos a la playa. Sus movimientos sobre cuatro ruedas en cada pie, aparentemente aleatorios, eran rápidos y precisos. Sin duda Tomoya I amaba aquellas tierras que con tanto ahínco defendía levantado aquella muralla de bruma letal y protegida por terribles secuaces. “¡A sotavento! ¡Atacad a sotavento!”

Tras largas horas de combate y gracias a la habilidad de Mary, la Araña y la playa entera quedaron a merced del ejército invasor. Todos los íncubos, súcubos y Retoños Oscuros, que aun podían mantenerse en pie, acompañados de los veintiocho mil desposeídos rompieron en vítores y alabanzas tras derribar a la última patinadora. La bandera del Señorío se alzaba, por fin, en lo alto de la Araña.

Loa eterna y abundantes sacrificios le sean ofrecidos a la Diosa por ello

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(1) Es dulce y honorable morir por la patria.

CONFERENCIA A LOS CONDES DEL SEÑORIO DEL SIE7E - 27/04/07 - 11:59 ZULU

[En lo alto del estrado, el Sr. Sagaz y D. Rimbombante.]

- [GANDUL entre aspavientos] … y deberíamos golpear con fuerza y rotundidad sobre la República. Las prósperas tierras de la Malvarrosa serían el mejor objetivo. Para liderar nuestras tropas hemos escogido a nuestro mejor y más fiel General: el General Kierounatra Conde-Plahia. ¡Adelante General! ¡Adelante!

Entra por puerta lejana el General Kierounatra Conde-Plahia. Altas botas de plataforma, minifalda, todo un conjunto trasvestido que pretendía dar un toque erótico pero que, en las carnes chatas y arrugadas del personaje, perdían todo el encanto para el que fueron creadas; la exuberante y rizada peluca púrpura remataba la repulsiva imagen. Una grave voz gutural, pretendidamente afeminada, contesta al Sr. Sagaz:

- [KIEROUNATRA caminando con paso firme y contoneos amanerados] Queriiiiido Señor del Siete, será para mi un gran honor el dirigir vuestras tropas bajo el diviiiiino estandarte del Señorío.

[Boca de asombro, sudor frío; diez segundos de cauto silencio. Bajón.]

- [KIEROUNATRA en ademán de acercamiento y voz preocupada] Señor mío, ¿os encontráis bien?
- [GANDUL aun traspuesto] Os noto un tanto cambiado… General… Kierounatra…
- [KIEROUNATRA] Mary, llamadme Mary Conde-Plahia si no os importa. ¿No os gusta mi nuevo looooook? ¡Tan faaaaashion! ¡Hiiiiiiiiiiiiiii! [gritito femenino]
- [RIMBOMBANTE a duras penas conteniendo la risa] Tranquila, Mary, tranquila. Estás realmente preciosa. Soberbia. Sube aquí con nosotros. Y ahora pasemos a lo que nos trajo, pues el tiempo apremia: aquí podéis observar (abre una cortina a sus espaldas y torna seria su faz) la maqueta que realicé no hace mucho de la playa de la Malvarrosa a escala 1:1000, con sus puntos estratégicos marcados en azul (va señalando con una larga y fina vara de madera los puntos que enumera), los puntos verdes marcados en verde, los de dominó en negro y, por último, La Araña en rojo.
- [MARY, más femenina que nunca] Rimbombante… Rimbombante… querido mío…. elegiste un tono rojo pimentón que no pega ni con cola. Deberías cambiarlo inmediatamente, si no quieres ser tenido como un pintor carente de sentimiento, por un rojo malva mucho más acorde con los tonos azul pitufo y azul cobalto presentes en el resto de la obra, además de hacer juego con el nombre de la playa. Dan ganas de conquistar la Malvarrosa esquivando la mencionada Araña, presentada en ese rojo tan vulgar.

[Con la cara en blanco GANDUL comienza a tambalearse.]

- [RIMBOMBANTE enojado] ¿Vulgar? Tú sí que eres vulgar, mala pécora. Ese no es un rojo pimentón, sino un rojo pasión. ¿Cómo pretendes, siendo militar de profesión (o eso dicen), darme lecciones sobre el color y la forma de conjugarlo cuando por todos es sabido que soy experto en arte y domino a la perfección las simbiosis de colores?
- [MARY enojada] ¿Qué dominas quéeeeé? ¡Si todas tus obras son en triste blanco y negro, que parecen sacadas de una película de Charles Chaplin! ¡Antigualla!

[GANDUL cae desmayado sobre la maqueta de la playa de la Malvarrosa, donde rebota y, pese a la presteza de Rimbombante y Mary en auxiliarle, el cuerpo de GANDUL termina golpeándose, inerte y de frente, contra el suelo. Lloros, gritos de histeria en toda la sala, ruegos a la diosa por su salud. “¡Aun respira!” grita Rimbombante; la sala se tranquiliza en la creciente tensión.]