Un bosque

En vano persigo a la Diosa que se oculta victoriosa cuando la noche establece su imperio; negra, fría, funesta y hecha toda de un temblor. Un hedor sepulcral flota en medio de sombras, y mis pies temerosos pisan junto al pantano caracoles y sapos imprevistos y fríos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sapos imprevistos es brillante.

independent dijo...

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