Ia! Shub-Niggurath!
Y, tras su levantamiento, cumplióse el Séptimo Día; y así fue que Nos descansó por tiempo de otros Siete. El Nombre es el que es. Y, durante el profundo sueño, contemplamos los dos ayes que estaban por venir; aun estremecemos al escuchar el ladrido del chiguagua.
GaNDuL SaGaZ, Señor del Sie7e
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No sé si vivo o fui arrastrado por un viento de cenizas hasta más allá de mi entendimiento, pero bien como espíritu, bien en carne mortal, volveré a honrar tu Santuario y miccionaré con solemnidad en cualquiera de sus rincones.
Se te recibe con alborozo y se te saluda con algarabía.
Me uno a la algarabía del Ceniciento, al que intuyo más vivo que muerto, más humillado que incólume, meón como de costumbre.
La muy bella Lánguida Caí me advirtió hace apenas unos minutos de la reciente construcción del Santuario.
Mucho se congratula, éste Su cuñado de Vos, de contemplar el rostro de los Oscuros Retoños en el perfil que da paso a Su rara presencia.
Supongo que el Señorío del Sie7e organizará grandes festejos para la consagración del Santuario a la Diosa y la celebración del Concurso de Pintura "El retrato más humillante de Zepporro Máximo".
No me lo perderé por nada del mundo. Mi Embajador Zenmaja hará un hueco en su agenda galante y viajará al Señorío para preparar el protocolo de mi visita.
Contenga a sus mozas, Señor del Sie7e, pues el atractivo de mi diplomático provoca deseos insaciables de entregarse a la cópula.
¿Vivo? ¿No vivo? ¿Muero sin morir en mí? ¿Ganará el concurso el célebre retrato "La humillación de Zepporro mientras se caga en las muelas de Tomoya"?
Ardo en deseos de saber qué soy, qué fue de mí. Estoy en vuestras manos falsas y traidoras. Vivo por que no vivo. Ay, esta zozobra es más que amor, frenesí.
Grande algarabía hay en las tierras del Sie7e preparándose para las fiestas. Esperando estamos a vuestro ilustre diplomático y a su inseparable y presta Guadaña, al que agasajaremos con abundante y suculento banquete en el mismo momento de su inminente llegada.
Sin duda Vos ganaréis merecidamente el concurso artístico, pues por todos es conocida vuestra innata habilidad para esos menesteres; mas se esperan otras obras de gran belleza y ridiculización máxima, no os confiéis en demasía. Queda Nos sobradamente satisfecho al ver lo dolorido que quedó el conspirador tras ser espolvoreado con cenizas, lo cual deja por demostrado que el poder de la diosa por mediación de Nos va más allá de lo material, acallando así las voces de los incrédulos; su depresión y autoconmiseración tan solo sirve para arrancar de Nos una sonrisa y fortalecernos ante nuestros enemigos.
Debo dejarles, debemos ir a hacer gárgaras para aclararnos esta pastosa y dolorida garganta antes de la llegada del Sr. Zenmaja.
Ia! Shub-Niggurath!
Ia! Shub-Niggurath!
Ilmo. Sr. Tomoya I, llamado el Perenne,
Presupongo a Vos extrañado por no haber recibido aun noticias de su diplomático, Sr. Zenmaja, desde su llegada a nuestras tierras. La presente contiene la explicación de los hechos que lo motivan; Nos espera que estos desdichados acontecimientos no influyan en nuestras inmejorables relaciones, dada la justicia de todo cuanto lo rodea, y seguimos aguardando con impaciencia Vuestra llegada para dar inicio a las fiestas de inauguración del nuevo Santuario.
Le diré que, ayer noche, recién llegado el Sr. Zenmaja a nuestro Señorío, fue acompañado con gran pompa a la sala de banquetes y celebraciones. Ya sentados alrededor de la mesa, comenzó la boca del diplomático a ladrar improperios y herejías contra la diosa como un poseso, todo ello entre risotadas y regalando golpes en la espalda a cuantos le rodeaban; tan graves y serias fueron las imprecaciones vertidas, que la mandrágora frenóse en su crecimiento y el velo que cubre la diosa rasgóse en su parte inferior. Obviaremos narrar el increíble espanto que invadió a todos los presentes.
Por este motivo, ordenamos que de forma inmediata fuese atado y amordazado el mencionado Sr. Zenmaja, a la espera de decisión sobre el modo en que debe purificar su falta, de aquí hasta el día de su muerte. Dudábamos en si encerrar en profunda y obscura mazmorra el cuerpo material del diplomático, extrayendo de él su parte inmaterial para formar con ella una esfera de luz con la que los Oscuros Retoños puedan jugar a aquello que llaman fútbol, deporte que de seguro agrada al de la Presta Guadaña; o si, por el contrario, mantenemos encadenado el cuerpo del hereje, orante, en cuclillas, frente al ara de los sacrificios y de espaldas al Viejo Roble, para que participe eternamente en los ritos de adoración a la diosa. Dado que la adoración es tarea ingrata para el condenado, y si optamos por esta segunda opción, colocaríamos tras de él a nuestra siempre fiel y a la par dominante súcubo, Srta. María Unpajote (1), ataviada en lencería de negro cuero, para que con elástica fusta azotara al reo en sus rosadas nalgas a cada inclinación, obteniendo así el disfrute del orante penitente.
En ambos casos es intención conseguir en el blasfemo una parte de redención por castigo y otra parte de divertimento del mismo, manteniendo así nivelada la balanza de la justicia. Y de seguro coincidiréis en ello con Nos ambas fórmulas logran el objetivo.
No ha mucho tiempo que Nos lanzó la moneda para que Fortuna decidiese la forma de redención más apropiada entre las dos propuestas, mas no conseguimos encontrar el lugar donde cayó la dichosa monedita. Conforme descubramos si Fortuna decidióse por cara, o por cruz, informaremos a Vos del resultado.
Queda suyo afectísimo,
GaNDuL SaGaZ, Señor del Sie7e
(1) Nombre en jerga de traducción "Mujer de extraordinaria belleza".
señor del sie7e:
Gran disgusto me provoca su actitud. Note usted que hasta que no deponga la misma, cosa que no dudo hará dado el sentido común que siempre ornó a los de su estirpe gandiesca, he suprimido todas las mayúsculas que otrora acompañasen a sus posesivos y seudónimos.
Poco me sorprende el gracejo blasefematorio de nuestro querido y peludo embajador, Sr. Zenmaja, que siempre sintió gran desdén hacia todo culto que se apartase un ápice de la adoración a la Gran Medusa. No es ésta una cualidad de la que pueda vanagloriarse un diplomático pero a Tomoya I siempre le hizo gracia y perdonóselo.
gandul sagaz, su acción supone una falta muy grave y exijo restitución y honores para mi funcionario. No ignora usted que los agentes de mi Cuerpo Serrano Diplomático gozan de inmunidad completa. Por lo tanto, no pueden ser objeto de ninguna forma de detención, humillación, befa o arresto (Convenio de Viena de 1963, art. 41.1). Cualquier menosprecio y pérdida del merecidísimo respeto que se le hiciese al simpático Sr. Zenmaja haríase de modo vicario a mi augusta persona y por ende a la República toda.
No dudo que los encantos de la Srta. María Unpajote puedan de algún modo soslayar la pena impuesta, así como lamento que las inocentes barrabasadillas salidas de la boquita de Torrija Zenmaja hayan hecho recaer a la Mandrágora en su raquitismo, pero exijo la inmediata puesta en libertad de mi representante y su alojamiento en la mejor suite de palacio acompañado por la Srta. María y el resto de hermanas y primas de la familia Unpajote. Mi barbudín tendrá nalgas y amor por almudes para todas ellas.
Aguardo su satisfactoria respuesta. Lamentaría mucho que se echasen a perder los fastos de la inauguración del Santuario y el bonito concurso pictórico para el que ya tenía una docena de bocetos, merecedores todos ellos, sin duda, del “Pincelín de Oro”.
Repórtese, vigía candente, quite de sus enlaces el vergonzoso apelativo de “Tomoya el Breve” que con gran descuido malintencionado cortó y pegó de la página del desleal, o me veré obligado a utilizar cualquier otro de sus anagramas en futuros comunicados y en mis propios enlaces. Sabe que los hay muy ridículos.
Tomoya I, el efectivamente Perenne.
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